El déficit ha podido con el medio de transporte más absurdo que ha tenido Zaragoza, absurdo porque llevaba de ninguna parte a ninguna parte.
Finalmente, el Ayuntamiento ha autorizado a ARAMON a que haga lo que quiera con él, que lo pare o que se lo lleve.
Ahora es ARAMON la que tiene la potestad de decidir cuándo y cómo va a poner fin a la actividad del telecabina.
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